En mi
experiencia como consultor y en cientos de citas de trabajo con empresarios (algunos
de ellos con altos niveles de eficiencia en sus resultados y otros con muchas
dudas sobre el progreso de sus pronósticos), logre descubrir que en realidad me
encontraba de frente con “actitudes específicas”, una especie de patrones
dominantes, que los puedo describir sencillamente como “entidades
independientes”, con rostro y reacciones similares. Esto sonará un tanto
excesivo, pero yo lo veo con naturalidad, por eso digo que entre las presencias
que más me han sorprendido están el temor, la duda, la confianza, la audacia,
pero sobre todo la actitud de éxito.
Me
ha tranquilizado el hecho que el éxito era un recurrente visitante en la
mayoría de mis entrevistas de negocio, ya me resulta hoy fascinantemente
conocido.
Un
niño muy sabio (como todos los niños) me regalo una frase muy ingeniosa: “Juego con mi amiguito Esteban porque
se ríe conmigo”, desde
entonces entendí muchos asuntos de manera diferente, por ejemplo que el éxito
es una cualidad que si nos acompaña siempre sonríe y por ello nos gustaría
tenerlo de nuestro lado, queriendo que no se aparte.
Concerté
una cita creativa mezclando diferentes personas, escenarios y condiciones. Me senté
a esperar y resumo aquí el contenido de esta entrevista. El éxito entró a la
sala como siempre sigiloso, seguro y confiado, su rostro muestra una paz
imperturbable. Yo me levante para saludarlo como lo haría con un amigo, pero
delicadamente con un gesto me hizo saber que no era necesario, por ello comencé
diciéndole: “Bienvenido a esta entrevista, te he visto sentado muchas veces
frente a mí, pero en esta ocasión he querido conversar solo para hacerte
algunas preguntas, con las que espero no incomodarte y no parecerte impertinente
ya que la verdad me haces presentir muy interesantes respuestas de las cuales con
seguridad aprenderé mucho”. El éxito me
miro detenidamente haciéndome entender que los preámbulos diplomáticos quizás
tampoco eran necesarios. Luego de una pausa dijo: “Si esta bien, ya me conoces, si no te has
ganado el derecho para hablar conmigo, sencillamente aunque te hable no podrás
escucharme”.
Me
sentía impresionado al ver que el éxito
tiene una edad impertinentemente joven, yo diría que no pasa de los 25 años en
nuestra cronología natural, pero lo he visto hasta parecer de 6 años en algunos
casos, sin que ello signifique inmadurez o falta de criterio, sin embargo me atreví
a preguntar: ”
¿Qué edad tienes?”
“Pues la suficiente para
saber divertirme al jugar a las escondidas”, respondió.
La frase no explicó totalmente mi inquietud, así
que decidí reformular la idea: “yo jugué a las escondidas de niño, con mis hijos
y quizás algún día lo haga con mis nietos, ¿Qué edad será en la
que disfrutarías de mejor forma este juego?”
“Es que lo divertido de
jugar a las escondidas es cuando te descubren o cuando tu descubres. Mi edad es
inmortalmente ingenua, por ello te diré que la pregunta es la incorrecta, debes
preguntar en que momento ser exitoso se disfruta y mi respuesta es: Siempre. Mi edad es cualquiera en la
que pienses en presente”, me dijo.
Debía
aprovechar el tiempo y eso hice: ¿Quiénes
te encuentran?
“Ayer mismo un carpintero
termino de restaurar un viejo armario de cocina. Me gustó mucho su dedicación,
esmero y la forma como quiso igualar colores, trazos y eliminar rasguños, hasta concluir de forma impecable con un
mueble embellecido. Por ello lo abrace y
saltamos juntos en su mente. En la tarde llego a su tienda una anciana que se enamoró
de la alacena restaurada y le rogo que se la vendiera a un precio que apenas
rebasaba lo invertido con tanta dedicación. Yo desde el fondo de su mente le
decía,” ¡véndesela… véndesela!” y el
suspirando viendo a los ojos de su compradora, acepto el negocio. Juntos le
dimos la mano a la sonriente mujer y yo viendo fijamente a los ojos de ese
hombre tan trabajador, le asegure que la satisfacción que sentía, era el aroma
a la recompensa presente y futura. Te aseguro que una buena acción hoy será el
preámbulo de mucho trabajo y retribución a futuro”.
Que
hermosa historia, pero ¿cómo
debe uno buscarte?,
por ejemplo, si lo que me motiva es ganar mucho dinero, quizás esa filosofía no
sea suficiente.
“Si buscas mucho dinero,
primero debes en algún momento sentirte satisfecho, no se trata de cuanto
acumules, sino de cuanto te satisface tu resultado”.
Entiendo,
quizás entonces se trata que te gusta más
estar cerca de cierto tipo de personas. ¿Quiénes te llaman la atención?
“Hay quien considera que soy
una especie de polvo mágico que te ganas por tus buenas acciones o tus acuerdos
sin error, pero la verdad no es así, siempre me gustarán más las personas
focalizadas, aquellas que no se distraen de su objetivo y que a pesar de todo,
sonríen y creen en su esfuerzo. Por ello me acerco de igual forma a los niños
apasionados o a los jóvenes dedicados. Soy una especie de destreza que se
desarrolla en el tiempo, soy el musculo más fuerte
del emprendimiento”.
¿Te
quedas a vivir o eres residente temporal junto a estas personas?
“Me quedaría a vivir, pero
me aburren los desánimos y las tretas mal intencionadas. En ocasiones me han
engañado y actúo persuadido, pero cuando me entero me alejo sutilmente para que
no me demanden más de los que estoy dispuesto a dar. Algunas veces incluso me
intimidan, me capturan o me agarraran del cuello, me hacen actuar obligado, la
verdad he vivido de todo, pero se desatarme y alejarme, porque esta entre mis
cualidades. Cada vez es más difícil engañarme por quienes pierden su esencia”.
¿De
que estas hecho, cuáles son tus características principales?
“solo soy consciente de una cualidad,
tengo la capacidad de otorgar valor a las acciones, ese valor les da brillo y
las vuelve atractivas. Ello libera dos fuerzas, el poder de crecer y el poder
de sostenerse”.
Me
sorprende la simpleza y complejidad a la vez, pero ¿El éxito se refiere a acumular riqueza?
“No es material, si así
fuera tendría muy poco valor. El éxito es como la sonrisa, sientes algo adentro
que te la provoca. Si la finges alguien lo notara y tarde o temprano serás
delatado. Aparece humildemente en medio de las cosas más sencillas o con
pomposidad entre las de mayor resonancia. El éxito empresarial se refiere a
prestigio, libertad, reconocimiento, ejemplaridad y también quizás ganancias
superiores al estándar; mientras que el éxito personal se mide en apretones de
mano, abrazos, afecto, reposo, la verdad no existe límite de sensaciones.”
¿Con
quién te compararías?
“Soy muy normal pero
deseado, quizás me compararía a la buena compañía de un gran amigo. No me
siento a conversar con cualquiera y no me detengo a sostener a todos. No me
llaman a gritos, ni me afana la desesperación, porque aunque no soy terco,
decido a favor de alguien luego de una ardua visualización de sus acciones”.
¿Puedes
describir a tus principales colaboradores?
“Por supuesto, mis principales
aliados son la fe, la constancia, la perseverancia, las buenas influencias, la
voluntad tesonera, la discreción, la mente positiva, el análisis y la
planificación. Creo en el orden y en la meditación objetiva”;
¿Cómo
lograr impregnarse de ti?
“No soy rocío, soy una especie
de caldo para tomar a sorbos. Te repito que no aparezco como un acto de magia,
sino como la vieja receta que explica los ingredientes a utilizar de la forma
correcta y diferente para cada caso. Debo ser preparado solo por cocineros
expertos dedicados para cada acto comensal”.
Quise
ser intimista y se me ocurrió preguntar ¿Te has enamorado alguna vez?
“Si me enamore de algún
pintor que inspirado hacia dibujos mezclados con lágrimas; me enamore de
músicos que retorcían su alma para crear una combinación de notas. Me enamore
de niños grandiosos que se movían inquietos para vender limonadas veraniegas.
Me enamore de una madre que luchaba sola contra el mundo para criar a sus
pequeños hijos. Me enamore de acaudalados millonarios que daban oportunidad a
cientos de personas que sostenían a sus maravillosas familias. También me
enamore de pescadores sentados solos en sus balsas, esperando pacientemente con
su caña empuñada, mientras despuntaba el alba. Me enamoro de jóvenes
emprendedores que no paran de soñar y reescribir sus planes en las hojas de una
libreta y en las paredes de su corazón. Me he enamorado de los deportistas que
invierten extenuantes horas para mejorar sus capacidades. Me enamore de una
anciana que había dejado de recibir amor, pero dedicaba su vida para servir a
los demás. Me enamore del silencio y paciencia de un padre que había perdido
trabajo, dignidad y el respeto de su familia, pero que incansablemente luego de
largas caminatas buscando a diario una oportunidad, doblaba por las noches sus
rodillas implorando la bendición de Dios”.
Esta
será mi última pregunta le dije, a estas alturas creo haber conocido muchas
cosas, pero ¿cómo puedo reconocerte a ti?
“Búscame en tus sueños, llámame
en tu empeño y encuéntrame en tus logros. Yo soy el sabor del resultado, está
en ti reconocer que estoy a tu lado”.
Me
dio un abrazo, toco mi hombro y se fue despacio mientras en mi alma supe que era mi amigo y me sonreiría
al jugar con él.
Les invito a leer nuestro articulo: ENTREVISTA CON EL EXITO, en el link de la Revista Comercio Global de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa.
http://www.ccit.hn/comercioglobal/24/#/12/
Espero sus comentarios
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